Renata empieza ha escribir un diario sobre la marcha mundial contra la explotación laboral de la infancia y para liberar a Genarro Marro.
Genarro Marro era niño que recogía cartones de los contenedores para sacarse algún dinerillo, de vez en cuando se pasaba por la clase de Renata y de sus amigos, ya que le encantaba la lengua y el profesor era súper bueno. Le encantaba leer poesía, pero aún más escuchar poesía, ya que cuando algunos de los alumnos del profesor de la clase de lengua leían poesía se le abría la boca y se le caía la baba.
Todo empezó cuando en la clase de lengua estábamos leyendo el periódico y don Fructuoso leyó que a finales del mes de mayo llegaría nuestra ciudad la marcha mundial contra la explotación laboral de la infancia, una marcha para protestar por los 300 millones de niños de todo el mundo que trabajan en lugar de ir a la escuela y en lugar de jugar.
Aldonza Peonza y Casilda fueron las elegidas para incorporarse a la Marcha Mundial y seguir con ella hasta Ginebra, en Suiza.
Me ha gustado mucho este libro porque tiene demasiadas ganas divertida y puedes aprender mucho con él.
Una de la escena que más me ha gustado fue cuando Aldonza Peonza y Casilda te hicieron niñera de un niño muy travieso llamado Alfonsito. Era tan malo que no se quería acostar nunca, Casilda y Aldonza Peonza estuvieron jugando con él toda la tarde noche para que se durmiera pero no lo consiguieron y al final ellas fueron las que se quedaron durmiendo en el sofá de la estancia.
Alfonsito el malo y travieso me ocurrió la brillante travesura de ponerle dos garbanzo en cada oreja de las chicas. De las metió están dentro tan dentro que no sabía si Casilda y Aldonza Peonza podrían ir a la marcha mundial . Aldonza y Casilda fueron al médico porque les dolía mucho la oreja ya que los garbanzos estaban dentro de la oreja.